A continuación os dejo un breve comentario de lo que he resumido como más importante de las lecturas obligatorias del tema 3 y 5.
TEMA 3
Arnold, P.J. (1989). Educación Física, movimiento y currículum. Madrid: Morata (Caps. 1 y 2).
La educación comprende (o debería comprender) actividades y
procedimientos intrínsecamente valiosos. Contenido y procedimientos son
igualmente fines y medios de la educación. Juntos constituyen un modo de vida
que posee su propia integridad.
La educación debería tener en cuenta la racionalidad teórica y la
racionalidad práctica. Es decir, además de encontrar verdades universales
(adquisición de conocimientos valiosos), se tiene que buscar qué es lo mejor
para uno mismo. Por eso, desde el ámbito educativo, se ha de fomentar no solo
el conocimiento teórico, sino también el conocimiento práctico; es decir, no
sólo centrarse en “saber qué” sino también en “saber cómo”. En este último
entraría en juego la esencia de la Educación Física.
TEMA 5
En vez de preocuparnos por los principios que guían nuestras acciones,
la ética del cuidado consiste en preocuparme por la persona a la que cuido.
Trasladado al ámbito educativo, ser un buen educador significaría desarrollar
la predisposición y las capacidades que permitan cuidar bien de los que te
rodean y contribuir a la creación de una comunidad de cuidado a través del
modelado, el diálogo, la práctica y la confirmación. Este propósito enfatiza el
compromiso de fidelidad que el profesor debe mantener con el alumno. El cuidado
ético supone buscar la comprensión de los aspectos subjetivos y
contextualizados de la interrelación personal; con el objetivo de aumentar el
rendimiento académico y para el propio bien del alumnado. Según Gregory (2000),
seis virtudes que podrían servir para orientar la acción educativa hacia esa
ética en Educación física son: relación social de proximidad, consideración,
solidaridad, imaginación moral, tolerancia y autocuidado.
Podemos concluir varias cosas. En primer lugar, que como futuros docentes,
tenemos un compromiso profesional de cuidado con todo el alumnado, al que
debemos fidelidad. Y en segundo lugar, que la ética no se reduce a una cuestión
de razonamientos abstractos, sino a una cuestión de acciones concretas en
ámbitos cercanos. En las clases de Educación física, el cuidado ético exige
entender que la corporeidad de cada alumno y alumna es digna de respeto, que el
profesorado debe hacer esfuerzos honestos por tratarla con consideración, por
comprenderla desde su singularidad y por ofrecer oportunidades adecuadas para
su disfrute y desarrollo.
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