jueves, 29 de noviembre de 2012

Soy un zoquete y siempre lo seré!

Ayer en clase hicimos el control de lectura (o mejor dicho, de NO lectura) del libro Mal de escuela.
Independientemente de que hayamos aprobado o suspendido, a cada uno le habrá supuesto cosas muy diferentes la lectura del mismo. En mi caso, la verdad es que me ha costado bastante leérmelo, se me hacía muy pesado a veces, pienso que será por la falta de un hilo conductor de principio a fin, ya que el autor encadena escenas muy concretas y aisladas respecto al contenido.

En un principio, pensaba que Mal de escuela no me había supuesto nada nuevo sobre la educación y el mundo de los "zoquetes". Sin embargo, profundizando sobre ello, pude establecer un paralelismo entre  su contenido y mi vida personal. Tengo un hermano pequeño que está ahora en 3º de la ESO ya, el que siempre ha sido "el malo" de los dos.

Cuando digo malo, me refiero a que, por unas circunstancias determinadas, siempre ha causado más "problemas" que yo. En realidad, las travesuras propias de los niños cuando son pequeños son algo muy normal, pero ya se empieza a convertir en un "problema" cuando en las hojas de seguimiento del alumno con tan solo 5 años pone: "se distrae continuamente", "no presta atención al maestro", "hace lo que le apetece", etc. Ya desde pequeñito se veía que no iba a despuntar en el cole. En los deportes no hay queja, los practica todos (un crack del tenis), y los sigue todos (dedicando varias horas al día analizando en detalle el teletexto con toda la información deportiva actualizada y dándole la tabarra a su hermano mayor nada más llega de la universidad). Pero cuando debe enfrentarse a una tarde de estudio de física y química no todo es tan fácil.

Hasta aquí no he dicho nada del otro mundo, hay niños que valen para unas cosas y otros que valen para otras, muy simple. Pero en cuanto esos niños no valen para estudiar, pueden caer bajo la denominación de "zoquetes". Y el problema comienza aquí. A mi hermano siempre le ha costado ponerse a estudiar o hacer los deberes y entenderlos, y yo siempre que he podido le he ayudado. Pero pensándolo bien, ¿cuántas veces le he dicho: "es que hay que ser burro para no entender eso!" o "eso lo pilla hasta un niño de infantil" o "como sigas así no vas a ser nadie en la vida"..?
La verdad es que cuando a un niño le cuesta y encima se le echan en cara sus dificultades, sólo se está contribuyendo a que cada vez sea más difícil su evolución en la materia. Una cosa es la autoridad, yo eso no lo critico, no es malo que se te ponga delante un tío grande con cara de cabreo y con un vozarrón que tira para atrás. Pero otra cosa muy diferente es saber adaptarse a las necesidades de cada alumno, e intentar que, más allá de sus grandes o escasos progresos, se le haga ver que lo está haciendo bien y por ello, está obteniendo recompensas.

Por eso, a mí me habría gustado tener más paciencia con mi hermano cuando éramos más pequeños (y aún hoy, por desgracia) como primer profesor que soy para él cuando estamos en casa; pues me estoy dando cuenta de la gran importancia que tiene no "crear zoquetes" sino "rescatarlos"; porque realmente puede ser muy duro para un niño ser uno de ellos por la gran cantidad de consecuencias negativas que puede conllevar (de las cuales el libro nos refleja muchas),  llegando a causar graves trastornos como la depresión, por no hablar de los conflictos sociales en los que puede verse inmerso (marginación, agresividad, drogas...).

En resumen, yo lo tengo muy claro. Educar no es tarea fácil, y más en pleno siglo XXI donde la cultura y la sociedad en suma han progresado tanto; lo que requiere una educación más inteligente y valiosa para el futuro. A aquellos que se vayan a dedicar a la docencia se les debería exigir de antemano la especialización en dos cualidades primordiales: VOCACIÓN Y OPTIMISMO. Tomo nota de ello.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado tu post. RElacionas conocimiento y experiencia. Y nos proyectas ambos para ayudarnos a entender mejor tu mundo y a conectar nuestro mundo con el tuyo. Yo no creo que haya que llegar al drama de los transtornos, como tu dices, para comprender la necesidad que tienen algunas personas de ser rescatadas de sí mismas. Lo primero que hace falta es ver que hay colondrinas aturdidas. Tú ya lo haces. Y luego, intentar reanimarl cómo se pueda, empezando por hacer autocrítica. También lo haces. Cualquiera que pueda debe hacerlo. Tienes buen pronóstico.

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Realmente es lo primero que se me ocurrió a la hora de valorar lo que me había supuesto el libro. Imagino que será porque no hay nada más interesante que las propias vivencias en relación al tema que se trata. Espero, como ha ye dicho, tener en cuenta todas aquellas cosas que me sean útiles para reanimar a aquellas golondrinas que lo necesiten!

    ResponderEliminar
  3. Muy buena reflexión y creo que si realmente haces lo que has dicho te daras cuenta de que no era ningún "zoquete"(http://dapeife.blogspot.com.es/2012/12/el-zoquete.html)

    ResponderEliminar
  4. Una entrada muy interesante Toni. He disfrutado leyendo tu reflexión y posiblemente sea porque me identifico con ella, mi hermano tiene 4 años, 15 años de diferencia son los que nos separan. Es muy pronto para valorar si vale o no para estudiar pero esto no quiere decir que no se comenten cosas del él como que es muy listo pero se distrae mucho, que es demasiado activo, que no le gusta estar sentado haciendo deberes... Al igual que tú soy una referencia para él y espero servirle desde el primer momento como apoyo y aprender de nuestras experiencias juntos para ser un mejor profesor al igual que lo haces tu con tu hermano de 13 años.
    VOCACIÓN, OPTIMISMO Y... (recuerda lo que se dice en el libro de Mal de escuela en el capítulo VI, subcapítulo 12 cuando Pennac tiene una conversación con el zoquete que fue) piensa que es muy importante...

    ResponderEliminar